lunes, 29 de septiembre de 2008

Terrorismo Semántico



Hace algunos años comenzó en nuestra ciudad la incipiente práctica del karaokismo, misma que en los últimos días se ha acentuado en la preferencia de ciertas personas que comienzan hacer de esta tecnología (por lo menos en el puerto) una práctica doméstica común.

Un amigo muy naco que se acaba de comprar un karaoke (nótese la envidia subyacente en el comentario), nos invitó a unos cuantos íntimos a conocerlo y una vez ahí no te puedes sustraer a la tentación y terminas probando si realmente funciona correctamente, o sea, si logra el milagro de que tu voz se escuche con un atisbo de entonación decente siquiera una vez en la vida.

Por azares del destino la canción elegida para recrear una dinámica de nuestras miserias corales fue un bolerito mexicano de padre boricua compuesto en 1950.

Por primera vez en la vida fui capaz de cantar una estrofa sin desentonarme y eso me hacia sentir que si no perdía la concentración sería capaz de terminar la canción sin hit ni carrera en contra, pero...

¡Siempre hay un pelo en la sopa!

Resulta que al comenzar la segunda estrofa, de repente me quedé mudo y un frío glacial me recorrió la espina dorsal cuando mis ojos leyeron:

"Yo se que te mueres
cual pálido SIRIO
y se que me quieres
que soy tu delirio...
y que en esta vida
he sido tu CRUZ"

Y es que a espíritus ultrasensibilizados por la guerra como el mío, en ciertas circunstancias las homofonías nos causan conflicto. Lo primero que me pasó por la mente es que si el Sirio ese del que habla la canción está pálido es porque tiene miedo y cuando a un árabe se le va el color y hay una Cruz de por medio todo comienza a oler a conflicto religioso. De repente a mi mente vino la revelación, en un momento todo tuvo sentido y en un súbito, pero heroico, ataque de histeria salí corriendo pasando por encima de todos y gritando a voz en cuello:

¡UNA BOMBA! ¡SALVESE QUIEN PUEDA!

Después de controlar mis ansias de huir despavorido del lugar por la tácita amenaza terrorista del mensaje, los demás me explicaron que no pasaba nada, que el baboso que había hecho el archivo kar había tenido un error de ortografía y donde debería haber una "C" había una "S". De esta forma, corrigiendo la integral de camino a mis pensamientos comprendí que Rafael Hernández estaba pensando en una vela grandota cuando escribió la canción y la cruz del final era un artilugio poético y no un subliminal religioso reaccionario.

Ya en la calma, uno se pone a pensar que se habria de organizar una cruzada en contra de la poca calidad cultural de los productos que al masificarse nos inducen a aceptar y convertir errores gramaticales absurdos en uso común y con el tiempo hasta en norma de lenguaje. Y deberiamos empezar en casa, interesándonos por leer un poco más ya que eso nos ayuda a ampliar nuestro léxico y mejorar nuestra ortografía de manera natural. No se que día un primo miraba con cara de “¿what?” a mi hermana, quien en la Cena de Pascua, en Semana Santa, nos explicaba que Moisés abrió un venero en una roca con la ayuda de un "cayado". Al final comprendí que el menso del primo todo el tiempo pensó que el "cayado" era un ingeniero amigo de Moisés que seguramente era muy discreto... o mudo.

Es por eso que siempre es bueno consultar el tumbaburros ante la duda para preservar la infalibilidad y evitar que algún idiota intelectualoide (como cualquiera de los autores de esta columna) nos quiera venir a corregir.

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