sábado, 6 de septiembre de 2008

Azúcar y Chan Chan



Celia primero y Compay Segundo… sin embargo, no en ese orden. El orden de los decesos no altera el dolor de su partida. Compay Segundo en la Habana y Celia Cruz en Miami… la cruz fuera de Cuba es quizás más pesada. No obstante, la calidad del producto tropical no se desvanece aunque se tomen senderos distintos en la encrucijada marcada por la Revolución.

Compay Segundo y Celia primero… después Cuba entera, después Fidel y la Revolución, despues el Che y Camilo Cienfuegos, después la zafra y la vieja Habana, después Hemingway y sus delirios caribeños, después la Bahía de Cochinos y el puerto Mariel...

Hay cosas más importantes...

Primero el guaguancó y el merecumbé; primero la guaracha y el son; primero esos viejitos que le regalaron sabor a la gélida sensibilidad sajona cuando agonizaban los años noventa y cuando, en sus juveniles noventa años, florecía nuevamente el sentimiento del viejo son de los integrantes del Buenavista Social Club.

Por supuesto que hay cosas más importantes. Primero degustar un buen ron acompañado de un aromático habano; primero el fandango al ritmo de la salsa y el son; primero los mulatos y su milonga y primero la poesía caribeña del negro Nicolas Guillén. Después todo lo demás.

Y es que el alma latina necesita de los fomentos espirituales de sus ritmos para superar el dolor que le significa vivir con "las venas abiertas". Para el latino es más importante un inexistente yerberito que con falsas promesas envueltas en un sopor de alegría lo haga olvidar su destino, y no esfuerzos intelectuales diagnosticando la fatalidad del mundo globalizado al ritmo impuesto por las compañías petroleras.

¡A la chingada la guerra preventiva! Preocupa más que Burundanga, Bernabé y todo ese montón de negros desmadrosos nunca dejen de armar jaleo, porque representan más verdad que las mentiras de la CIA y las protestas en favor de la paz.

Un jaleo que empezó en Matanzas y no ha callado su ruido en casi ochenta años, que tuvo su último crescendo en las imágenes del documental de Wenders mostrándole al primer mundo como se fabrican los antibióticos musicales en los laboratorios de la inspiración caribeña.

Aunque nos han dejado en el abandono… aunque han muerto todas nuestras ilusiones…en vez de maldecirlos con justo encono… tal vez sería mejor rendirles un homenaje llorando su partida con "Lágrimas Negras" que den constancia que conservaremos el eterno recuerdo de su voz:

"... cristalino torrente cual una cascada...
... Dios te bendiga mi bien
tu voz y tu ser
que me hacen soñar".

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